Tener pezones planos o invertidos ¿Afecta la Lactancia?

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La mayoría de los pezones planos o invertidos no son un impedimento en sí mismo para la lactancia, ya que durante el amamantamiento los bebés no debieran agarrarse del pezón, sino más bien de una buena parte de la areola. Además, durante el embarazo el tejido que los conforma gana elasticidad, lo que facilita su protrusión, permitiendo el acople de la boca del niño/a al pecho. Otra buena noticia es que este tipo de pezones, con gran frecuencia llegan a modificar su forma con la propia succión del bebé durante las mamadas, por lo que no debieran haber mayores inconvenientes durante la lactancia.

Para lograr un buen acople es muy importante- junto con NO separar al niño de su madre durante las primeras una a dos horas de haber nacido- que la primera succión que haga el recién nacido sea la del pecho de su madre, evitando el uso de tetinas, chupetes o pezoneras y que además, se le ofrezca el pezón que pareciera tener más problemas, para que esto produzca una impronta en el recién nacido, es decir, que deje una especie de huella en su cerebro, en la que a través de la succión del pezón se genere un vínculo con su madre, identificándolo como fuente de placer, seguridad y confort. Si el bebé se agarra bien la primera vez, lo más probable es que luego ya no tenga problemas.

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¿Qué se puede hacer previo al parto? SÓLO confiar en que tendrás la capacidad para amamantar a tu hijo/a! Los estudios han demostrado que realizar ciertos ejercicios para estimular la salida del pezón, usar pezoneras, amapolas u otros implementos durante el embarazo tiene el mismo efecto que no hacer NADA. Así que disfruta tu embarazo y prepárate para recibir a tu bebé en las mejores condiciones físicas y emocionales posibles.

Para ello, es necesario saber que hay algunos factores durante el parto y posterior al nacimiento, que pueden dificultar las tomas y que es importante tener en cuenta:

  • La administración excesiva de suero por vía endovenosa durante el trabajo de parto, puede llegar a provocar pezones planos o exacerbar su existencia de manera transitoria.
  • Inicio de la lactancia después de las 2 horas de producido el parto. Lo ideal es que el bebé tenga contacto con el pecho materno antes de la primera hora de haber nacido. Este es el momento en que el niño se encuentra activo, con todos los instintos a flor de piel, es capaz de reptar por el vientre materno y mamar por sí solo, incluso de un pezón plano o invertido, generando la impronta con el pecho de su madre. Pasadas las dos horas, el recién nacido entra en un período de letargia y puede dormir durante muchas horas.
  • Los horarios estrictos conviene evitarlos, ya que esto favorece la ingurgitación de las mamas, convirtiéndolas en un impedimento para el buen agarre del bebé.
  • El uso temprano de chupetes o mamaderas confunde al niño y puede terminar prefiriéndolos ya que son más fáciles de chupar.
  • A los comentarios desalentadores por parte de familiares o profesionales que no están actualizados en temas de lactancia, definitivamente ¡haz oídos sordos!

Recomendaciones para lograr una buena toma en estos casos:

  • Busca posiciones que permitan adaptarse a las características anatómicas de tu pecho (el uso de cojines, la posición a caballito, la madre recostada en posición biológica, suelen ayudar a lograr un buen acople).
  • Amamanta a libre demanda, es decir sin limitar la duración ni los horarios de las tomas, estando pendiente a las señales tempranas de hambre de tu bebé.
  • Si existe congestión mamaria, extráete un poco de leche antes de dar de mamar, para favorecer el agarre.
  • La protrusión del pezón puede verse favorecida al frotarlo suavemente o con el contacto de éste con agua fría.
  • El uso de sacaleches antes de las mamadas puede ayudar a la formación del pezón durante los primeros días.
  • Uso de jeringa invertida: generalmente se ocupa una jeringa de 10 o 20 ml (dependiendo del tamaño del pezón), se corta por la parte dojeringa-invertidande se montaría la aguja y el émbolo se coloca por ese lado. La parte por donde originalmente debiese ir el émbolo, se coloca en la areola, se tira del émbolo hasta hacer salir el pezón, sin provocar incomodidad y se mantiene durante 1 minuto. Para retirar la jeringa, se empuja el émbolo hacia la posición original para dejar de hacer presión. Inmediatamente luego de esto, se ofrece el pecho al bebé.
  • En algunos casos puede ser útil el uso de pezoneras de forma temporal, sobre todo en los bebés que se resbalan y no logran sujetarse de la aréola. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la transferencia de leche puede disminuir utilizando este método, por lo que habrá que estar muy atentos al incremento de peso del bebé.
  • Si nada de esto funciona, lo mejor será buscar ayuda con algún/a experto/a.

Existe sólo un tipo de pezón invertido (grado 3) en el que se hace prácticamente imposible la lactancia, en el que existe gran cantidad de fibrosis y puede haber incluso retracción de los ductos lácteos, por lo que si tienes dudas, es aconsejable una evaluación previa al parto con alguien experto para que con el examen físico descarte cualquier complicación y puedas disfrutar de tu lactancia como tú y tus hijos se merecen.

Dra. María Inés Arce Valdés